Estimada Luna,
Hoy, después de varios
días en un viaje de negocios a París, he vuelto a casa. Me hubiera gustado ir
contigo, dicen que es la ciudad del amor y de los enamorados... He ido a
buscarte, pero no te he encontrado, y me he dado la mala noticia, la de que te
has ido, puede que enamorada de otro, puede que estuvieras buscando libertad,
puede que estuvieras cansada de la vida a mi lado...
He decidido escribirte
esta carta porque quiero que te des cuenta de esos maravillosos momentos
pasados los dos juntos y vuelvas a mi lado: esas hermosas puestas de sol
admiradas caminando por la playa, esos besos húmedos que me dabas en las
mejillas, esas tardes en el parque viendo como los más pequeños jugaban, esas
caricias en ese pelo largo que tienes, siempre ondulando al viento...
Mientras escribo esto las
lágrimas bajan por mis mejillas. La pregunta de qué habré hecho mal me tortura,
y me seguirá torturando, porque tú eres la única que sabe la respuesta. También
me pregunto si lo hice mal hace ya cinco años cuando fui a la perrera, tú
tenías apenas cinco meses y estabas muy débil, y yo te adopté. Porque Luna, tú
siempre serás mi perrita, y nunca te voy a poder olvidar.
Te añora,
Tu querida compañera de
juegos.
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